CRESTEANDO EL LANCHAR
Domingo 8 de Noviembre de
2015 voy con Juan al Campo de San Juan para encontrarnos con Jose Antonio, que
nos tenía prometida esta ruta desde que en Junio hicimos el Tejo. A priori nos parecía una ruta menor por la
altura y la propia estructura de la montaña, alargada y sin una cumbre
claramente visible. Pues todo esto ha
sido superado con creces, nos ha salido una gran ruta con un precioso y largo
cresteo de 5 km, sin dificultades si excluimos la empinada subida y la no menos
complicada bajada. Todo ello completado con
la continua presencia de buitres dando vueltas sobre nuestras cabezas.
Iniciamos el recorrido en las
casas de la Risca, caminamos en dirección norte por el camino hacia el
Lanchar. Cuando el camino gira a la
izquierda por los campos de cultivo
(junto a la enorme piedra), dejamos el camino y seguimos al norte monte
través. Nos fijamos en una hendidura de
la montaña a la izquierda de las antenas por donde vamos a buscar la
subida. En la base de las rocas
distinguimos un aprisco del ganado hacia donde subimos casi en línea
recta. A partir de aquí giramos a la
izquierda buscando las mejores zonas para ascender por las hendiduras de las rocas.
Y un poco más arriba, la
primera sorpresa de la jornada: las cuevas del Lanchar. El acceso es complicado a través de un
estrecho paso y una pequeña destrepada.
La verdad es que si no es porque Jose Antonio lo conoce no lo hubiéramos
visto. Merece la pena pasar un rato
recorriendo las cuevas viendo los inaccesibles sitios por donde las cabras son
capaces de introducirse. Incluso en una
de ellas encontramos un nacimiento de agua.
Salimos de las cuevas por el mismo sitio de entrada y continuamos
ascendiendo ya en dirección este hasta alcanzar la zona más alta.
Cuando llegamos a lo alto del
Lanchar es cuando empiezan a aparecer los buitres, primero uno, después otro, y
se van uniendo más y más. En algunos
momentos hemos llegado a contar entre 15-20 buitres. Es difícil caminar sin mirar hacia arriba
entusiasmados por el espectáculo de estas aves, que parecen flotar sin ninguna
dificultad. Continuamente se acercan a
nosotros, pasan muy cerca, nos miran y se vuelve a marchar, para al poco volver
otra vez a la misma operación. No es
fácil explicar con palabras el espectáculo que ha durado casi una hora. En más de una ocasión nos quedábamos embobados
disfrutándolo. A todo esto hay que
añadir las magníficas vistas de todo el Campo de San Juan, con las cumbres del
Tejo y el Pajarón al sur. Y el Bajil y
la cumbre de la Molata al norte.
Caminando en dirección este
llegamos a las antenas y más allá al vértice geodésico que marca la cumbre del
Lanchar (1.433 m). Seguimos caminando
siguiendo las crestas en dirección noreste para después introducirnos en un
magnífico bosque de apretadas encinas.
En algunos momentos es difícil encontrar paso entre árboles, pero merece
la pena ya que sorprendemos a algunas cabras montesas por estos riscos. Una casi se despeña intentando alejarse de
nosotros.
Ya va siendo el momento de
bajar de estas alturas, pero no encontramos un paso adecuado (toda la cara sur
son cortados). Así que continuamos
avanzando sobre las crestas hasta llegar al Hondares. Hay que buscar una bajada sí o sí…., por lo
que decidimos hacerlo por el primer barranco del Hondares. Al principio es difícil ya que todas las
piedras están mojadas y hay que tener mucho cuidado con los resbalones. Ya cerca del fondo del barranco encontramos
una senda que nos permite desplazarnos con más comodidad hasta el camino de
Fotuya.
Ya en el camino llegamos a un
cruce a la izquierda que baja a un caserío en ruinas con magníficas vistas
donde descansaremos para comer. Jose
Antonio sabe dónde se encuentran unas buenas pinturas rupestres y junto con
Juan van a visitarlas. Mi rodilla no
está ya para muchos trotes y prefiero descansar mientras los espero. Solo nos quedan 3 km de buen camino hasta
Fotuya y 2 km de asfalto hasta la Risca.
La ruta en: http://worldsummits.net/ROUTE/Cresteo%20del%20Lanchar?Id=d7c8ddcf-e1bb-48d0-b369-eec43a0325e6
Tomás Franco
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