ALTO DE LA BURRICA – SIERRA DE MARÍA (2.045 m)
Domingo 17 de mayo de 2015. Que buena ruta con los amigos de
Naturarchena. Claro que con el equipo
que iba no se podía esperar otra cosa: Diego, El Pájaro, Emilio, Juan, Pascual,
Rafa. !!!!!!......., gracias por aguantar a un convaleciente.
Iniciamos la ruta en la
Ermita de la Virgen de la Cabeza, en las afueras de María. Tomamos el camino del Jardín Botánico (Umbría
de la Virgen). El sendero es amplio y
sube suavemente siguiendo la valla del Jardín Botánico, primero en dirección O
y después hacia el S, ya más empinado.
En el kilómetro 3,5 dejamos el sendero para abordar una estrecha senda
en zigzag con mucha pendiente que nos sube hasta lo alto del collado en tan
solo 1 km. Es el momento para hacer un
descanso, recuperar fuerzas y abrigarse del viento frío, a pesar de estar en un
espléndido día de sol, casi veraniego.
Con nuevas energías nos
dirigimos hacia el O, siguiendo los enormes hitos de piedra, ascendiendo
lentamente hasta una planicie desde donde ya podemos ver el vértice geodésico
del punto más alto de toda la sierra.
Aproximadamente son 2 km desde el punto de descanso. En realidad no sé cuál es el nombre de la cumbre,
unos dice que “María”, otros que “Alto de la Burrica”. Lo cierto es que es el punto más alto, con
2.045 m, y que en la misma planicie hay varios puntos altos marcados con hitos
de piedra. El siguiente en altura se
encuentra 0,5 km hacia el sur, justo donde se inician unos importantes cortados.
Después de recorrer toda la
planicie, volvemos al punto de descanso anterior desde donde vamos a hacer el
cresteo de toda la zona este de la sierra.
Durante más de 4 km subimos y bajamos crestas en dirección E, con
magníficos cortados por nuestra izquierda.
El último peñón se sitúa justo en línea con el pueblo de María, que con
sus espléndidas vistas es el mejor lugar que podíamos encontrar para la parada
de la comida.
Con las pilas cargadas
hacemos el peor descenso del día. El
sendero de la Umbría se encuentra debajo de nosotros, a tan solo 100 m de
desnivel, pero no está asequible. Bajamos por una vaguada hasta un sendero de
animales paralelo a las altas rocas que hace poco cresteabamos, hasta encontrar
una empinada pedrera por donde nos dejamos caer hasta el sendero. Ya solo queda seguir el camino hasta la
Ermita, eso sí, todavía quedan 6 km para terminar la ruta.
Pero no puedo despedir esta
ruta sin mencionar a nuestra compañía extra de hoy. Al iniciar la ruta en la Ermita, una bonita
perra se ha acercado a nosotros y ha empezado a seguirnos. En seguida me ha venido a la mente
“Makarena”, esa perrita más lista que el hambre que nos acompañó en los Odres y
Revolcadores. Mi debilidad son las
“chicas listas”, y esta a la que hemos llamado “María”, es otra de ellas.
María nos ha acompañado
durante toda la ruta, sin molestar, sin hacer ruido, sin estorbar. Solo ha necesitado un poco de pan y
agua. Cuando ya de regreso era evidente
que estaba cansada, no ha dejado de seguirnos ni un momento, incluso cuando su
naturaleza debía pensar que estábamos locos, tanto dar vueltas para volver al
punto de inicio, cuando en cuatro pasos monte través habría terminado.
Lo más intrigante es que
cuando hemos llegado a la Ermita ha desaparecido tan sigilosamente como había
aparecido por la mañana. No hemos tenido
la oportunidad de despedirnos de ella. Y
me pregunto: ¿Qué mueve a estos animales a seguir a una banda de locos que
caminan sin sentido, buscando los puntos más altos de la montaña?......
Más información de la ruta
en:
Tomás Franco
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