VALDELAPARRA (Sierra Espuña)
Domingo 11 de noviembre de
2012. Nuestro objetivo hoy era crestear
toda la zona alta de las Paredes del Leyva, pero las circunstancias han hecho
que el verdadero protagonista sea el Barranco de Valdelaparra. Con Juan y Nico.
Dejamos el coche junto al
camping del Berro y subimos junto a la valla izquierda del mismo hasta el
cementerio, donde justo en frente de su puerta se inicia un sendero que sube
paralelo a la valla del parque y avanza en dirección oeste. Poco después cruzamos una puerta para entrar en
el parque, en seguida llegamos a una explanada donde cogemos el camino de la izquierda
que sigue avanzando en dirección O hasta terminar en una rambla.
Continuamos subiendo por la
rambla hasta que se hace impenetrable, a partir de aquí caminamos monte través
en dirección SO avanzando con dificultad hasta alcanzar la cumbre de la Piedra
Burrera (1.154 m). Seguimos avanzando en
la misma dirección hasta llegar al corte de las paredes del Leyva, estamos
sobre la Morra de la Cucalas (1.126 m).
Enfrente de nosotros separado por el Valle del Leyva tenemos el Morrón
Chico de Sierra Espuña.
Hemos llegado a nuestro
objetivo, pero comprendemos que crestear todo este lapiaz, con las piedras
mojadas por la lluvia, supone un gran riesgo.
Por lo que decidimos bajar con bastantes dificultades hasta el Barranco
de Valdelaparra. Creemos que si bajamos
por el barranco encontraremos un sendero que nos permitirá cruzar hasta el
Berro.
Pronto comprendemos la
dificultad de bajar por el barranco. Las
piedras mojadas son un riesgo continuo de caídas, hay muchos arboles caídos en
el cauce, y además hay bastantes presas que nos obligan a salir del cauce y
caminar por las empinadas laderas. Para
complicarlo todavía más, no encontramos el sendero que nos lleve al Berro. Hacia el final del barranco, y ante la
imposibilidad de caminar por dentro, tomamos la ladera derecha de la montaña en
dirección E y cruzamos hasta salir a los campos de la Hoya de las Nogueras. Ya solo queda continuar por los caminos,
entre casas de campo, hasta salir a la carretera que nos devuelve al Berro.
Calculamos unos 20 kilómetros durante
7 horas de una ruta muy dura, por la falta de senderos y la persistente lluvia.
Tomás Franco
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