sábado, 13 de junio de 2015

Pico de la Pila

Pico de la  Pila (1.265 m)

Domingo 21 de octubre de 2012.  ¿Qué se puede hacer cuando has decidido ir al monte y amanece un día de perros? …..  Son las 8 de la mañana y he quedado con Juan para subir a la Pila por el frente de la cara sur, llueve en abundancia, hace frío y sopla el viento.  Pero para los que nos gusta la montaña no hay excusas, vamos hasta la Garapacha, dejamos el coche en la puerta de la iglesia, nos enfundamos los chubasqueros y adelante.

Caminamos por el asfalto dejando las últimas casas del pueblo hacia arriba y por la izquierda, el asfalto continúa subiendo recto hacia la montaña teniendo siempre al frente la bola de la Pila.  Poco después tomamos un camino a la izquierda que poco a poco va bordeando la montaña subiendo aproximadamente en dirección NO.  Cuando ya nos encontramos en la base de la montaña, frente a la bola, el camino gira  bruscamente en dirección O.  Podemos ver algunas marcas de PR (blanca y amarilla) y también hitos de piedra.

Poco después hay que abandonar el camino por una senda que gira en dirección N hacia la montaña.  La senda no es PR y tan solo tiene hitos de piedra.  La senda va girando a la derecha en dirección E, buscando un paso entre las rocas que nos conduce a una antigua cantera con desprendimientos.  Las vistas ya son espectaculares y el paso por la zona de desprendimientos nos obliga a trepar algunos metros.  Con fuertes y continuas subidas nos encaramamos hasta lo alto de la montaña.  Una vez en la cresta podemos ver el Pico de los Cenajos a la izquierda y el Pico de la Pila a la derecha.  Continuamos el cresteo hasta hacer la cumbre de la Pila.

Ha dejado de llover, pero el viento y el frio es intenso.  Bajamos por el asfalto hasta encontrar el camino que sale a la izquierda.  Es el PR que abandonamos en la base de la montaña y que nos devuelve al camino inicial.

En total  13 kilómetros durante 3,5 horas de una ruta corta y con pendientes de mucho desnivel, que se ha hecho más dura por las condiciones meteorológicas.


Tomás Franco













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